Laferrere: pueblo mariano, peregrino y misionero.
5 octubre, 2024En la 50° Peregrinación Juvenil a Luján, la Diócesis de Gregorio de Laferrere es la encargada de trasladar la Imagen Peregrina. Los jóvenes, una vez más, son los encargados de cuidarla, protegerla y dar respuesta a la fidelidad de tanto caminar a los pies de la Virgen de Luján.
“Ojalá un día nos toque llevarlas“, pensaban los jóvenes laferrerenses cuando la veían pasar.
Este año tan especial, van a ser ellos quienes tienen que peregrinar en su comunidad junto a la Imagen que en 2013 bendijo el Papa Francisco cuando participó de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil cuando a todos lo “pibes” les dijo que “hagan lío”.
Ahora, Laferrere es la encargada de “hacer lío” junto a Mamá María, junto a la Patrona de la Patria.
La miran con amor, con corazón de joven enamorado. La Virgen de Luján también los mira. Ella nos enseña a decir, una y mil veces, el lema del 2024: “Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad”.
A las nueve de la noche, los jóvenes ingresaban con la Imagen Peregrina en el altar del Santuario de San Cayetano (Km 0), punto de inicio de la Peregrinación Juvenil a Luján. Allá estará disponible para todos aquellos que quieran acercarse a tomar gracia antes de emprender este hermoso acto de amor y fe. Partirán rumbo a Luján el sábado 5 a las diez de la mañana. Serán los encargados de oficializar ¨la pere¨.
A las nueve de la noche, los jóvenes ingresaban con la Imagen Peregrina en el altar del Santuario de San Cayetano (Km 0), punto de inicio de la Peregrinación Juvenil a Luján. Allá estará disponible para todos aquellos que quieran acercarse a tomar gracia antes de emprender este hermoso acto de amor y fe. Partirán rumbo a Luján el sábado 5 a las diez de la mañana. Serán los encargados de oficializar ¨la pere¨.
“Si lo habremos charlado” dijo un peregrino contemplando el sueño cumplido de recibir a Nuestra Madre, luego de caminar la fidelidad comprendida en tantos peregrinos que ella abrazó en cada paso.
Y en pequeños grupos nos dicen, casi como confesándose, que “la recibimos, la engalanamos, la compartimos, y con lágrimas en los ojos de la misma fuente de Gracia que nos rebalsa, acogemos con Ella el amor de un Pueblo que espera en su plegaria de ternura: Laferrere, pueblo mariano, peregrino y misionero”.
En sus manitos nos guarda, en sus ojos nos renueva, con su presencia nos une y en el caminar nos ilumina.
Laferrere está de fiesta: ¡llegó Nuestra Madre a su casa, y sus hijos no queremos dejar de celebrarla!
VIVA LA VIRGEN DE LUJÁN!!